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Sobre el Estado capitalista y la atención en salud mental. Un comentario desde la escuela

Nicolás Robles López


En lo que va de este año se viene realizando una capacitación para los trabajadores de los Departamentos de Orientación Escolar (DOE) de las escuelas secundarias de CABA. Esta capacitación se enmarca en la política de “Bienestar socioemocional” que, a su vez, es parte del Plan Estratégico “Buenos Aires Aprende”. En estas reuniones viene aflorando constantemente el malestar de los trabajadores, ya que existe una desproporción entre las necesidades que hay que atender cotidianamente y la capacidad de dar respuesta a estas.


En una de las últimas reuniones, cuando se planteó la falta de turnos para atención en salud mental en los hospitales o los centros de salud, la respuesta recibida fue que había que construir redes con la comunidad, los hospitales, etc., y se tomó como innovadora una acción comentada por una compañera de un DOE. Esta acción consistía en formar a los propios estudiantes como promotores de salud mental. Si bien es cierto que la participación de los estudiantes puede colaborar en el acompañamiento de distintas situaciones y, además, potenciar su capacidad de acción; esto en realidad se termina haciendo porque no hay acceso gratuito a la atención en salud mental. En ese sentido, no se puede comparar el trabajo propio de un trabajador calificado en esa área con la capacitación que pueden recibir los estudiantes en muy poco tiempo.


En el mismo sentido, se utiliza, bajo un barniz de progresismo, la cuestión de la “promoción” de la salud mental, con la orientación a la participación comunitaria, grupal, etc. Sin embargo, hablar de “promoción” de la salud mental es algo vacío cuando el diagnóstico que se hace en Secundaria Aprende es que, por lo menos la mitad de los estudiantes de los primeros años, presentan indicadores de vulnerabilidad en regulación emocional, autoestima y bienestar escolar (ME, 2024). Peor todavía, según un informe de INECO el 70% de los adolescentes presentaba síntomas de ansiedad, sentimientos de soledad y baja satisfacción con la vida. A esto se le suma que, según datos de la Gerencia Operativa de Equipos de Apoyo, entre 2022 y 2023 hubo un aumento de 32% en las alertas por intentos de suicidio y un incremento del 85% en las alertas por autolesiones (ME, 2024). ¿Con qué fuerza se puede promover algo que viene tan deteriorado por las condiciones de vida de los estudiantes?


En estas reuniones de capacitación me surgió una duda, ¿por qué tenemos que estar constantemente inventando la rueda desde las escuelas? O, mejor dicho, ¿por qué se nos exige eso? Cuando el Estado es el que tiene el poder real para investigar por qué estos adolescentes sufren de esta manera. ¿Acaso no existe un Ministerio de Salud y un Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat? Se responderá, no hay recursos, no hay plata. Ok, demos por aceptado eso… 


Pero, simplemente señalo una cuestión. Desde las escuelas se nos pide que completemos un formulario para solicitar un turno en salud mental para los estudiantes, turnos que rara vez llegan. ¿Por qué se hace esto de esta manera? ¿No sería más organizado hacer un relevamiento de cuánto personal trabaja en los hospitales, los centros de salud, etc., de cada región? Y, a partir de ahí, ¿delimitar la cantidad de personas que se pueden atender y dividirlo proporcionalmente en las escuelas de esa región? Si se organizara de esa manera cada escuela sabría cuántos cupos tiene para que se atiendan sus estudiantes y podría organizar mejor el trabajo en esta área.


¿Por qué no se hace de esta manera? Porque evidentemente pondría en evidencia la cantidad de estudiantes de clase obrera que no pueden atenderse por no contar con los medios materiales para hacerlo. Así, se desnudaría el carácter capitalista del Estado, en tanto no vela por los intereses de la clase obrera y en tanto “encubre” esa realidad obligando a los trabajadores a realizar acciones desgastantes sin ningún tipo de resultado efectivo, burocratizando el trabajo cotidiano en las escuelas. Nunca más cierto que “hoy, el Poder público viene a ser, pura y simplemente, el Consejo de administración que rige los intereses colectivos de la clase burguesa” (Marx & Engels, 1848).


Referencias


Marx, K. & Engels, F. (1848). Manifiesto del Partido Comunista. Recuperado de: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm

Ministerio de Educación (2024). Documento marco. Bienestar socioemocional. Buenos Aires: Ministerio de Educación.


 
 
 

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